ADELINA PÉREZ BLAYA

COLINA VERDECIENTE

Blancas anémonas.
Crecen entre el romero y el acanto
En lo alto, la casa transparente
ventanas tamizando de blanco
la luz que interna crece
como luna de mayo.
Se abre la puerta.
Una figura de hombre se recorta en el vano.
Es el dueño de la amena colina:
¿o el esclavo?
de aquella que no es torre,
sino monte sagrado.
¡Cómo encanta su belleza y quietud!.
Del caminante atraen la mirada y los pasos.
Porque arriba,
(música en Scherzo) se presiente
un amor delicado.
Abajo, recio, un seto de pinos y laureles.
¿Traspasarlo?
(detrás están el foso y su mordisco)
Detente caminante, no prosigas
si no fuiste llamado.
No sigas.
Aunque lleves
alguna tierna rosa entre tus manos.

ÚLTIMO LIBRO DE POESÍA "MIRADAS DE MUJER".

ADELINA PÉREZ BLAYA.

Este libro que tienes en tus manos está hecho con mucha ilusión por compartir las impresiones que me han inspirado algunos retratos de mujer. Me estoy refiriendo a retratos hechos por grandes pintores como Boticelli, Goya, Creuze, etc. Estos nos muestran la mirada de esas mujeres, cargadas de sentimientos, o así he creído verlo y por ello lo he escrito.

La primera parte del libro recoge estas visiones mías. En la segunda, expreso cómo veo yo otros aspectos de la vida y el amor. Por ejemplo: “Eva y el vino”, “Hay poco que saber” o “Mariposas”, en las que refiero que con su pequeña fuerza me empujan hacia mi amado.

Me gustaría saber si alguien ve, como yo he visto, el barco de viajeros como un caballo de los mares. Y, en fin, escuchar las “Palabras de Dulcinea”, hablando de su extraño amante, Don Quijote.
Os dejo uno de los poemas del libro:
LA CABEZA DEL BAUTISTA

¡Oh, prudente Herodías!
Su pecado quiere ocultar al mundo
aunque es notorio.
Es un pecado más, todos lo saben,
pero quiso acallarlo de mal modo.
Sólo una voz se alza en su condena:
_¡No es ése tu marido verdadero!
No servirá de mucho: el arrepentimiento
no es virtud de los grandes de la tierra.
Pero sí son la fuerza y la mentira.
Hizo el débil Herodes fiel promesa:
El vino y el poder ¿o la lujuria?
Prometió a Salomé¡ hasta medio reino.!
Pero ignora la joven el deseo,
Y no tiene ambiciones.
Le regala a su madre la promesa :
_¿Qué le puedo pedir que a ti te guste?
_¡La lengua de ese hombre que me ultraja,
de ése que dice firme lo que piensa!
¡Estaré libre de esa pesadilla,
y nadie hablará más de mi pecado!
¡Inocente Herodías pecadora!
Ya no pudo hablar más, pero había dicho
_¡EL cordero de DIOS entre nosotros!
¡Inocente Herodías!
¡Veinte siglos, la historia repite tu adulterio,
la gracia de una joven bailarina,
la orden de un Herodes más que ebrio!
Y la corte que no detuvo el crimen,
Y la cabeza del BAUTISTA muerto.
¡La voz cortada no dirá otros pecados!
(Como muchos temían)
¡La sombra de Herodías los protege!
¡La inocente! ¡La ingenua!