ADELINA PÉREZ BLAYA

Recital poético ALAS

Proyecto creativo de Ignacio del Valle con la colaboración del Espacio Cultural Larios Centro de Málaga.
Tuvo lugar desde el 15 al 20 de noviembre 2010 culminando los actos culturales con un recital poético en directo de las 17 poetas del grupo ALAS. Se repartieron mil poemarios diseñados por Ignacio del Valle y se escucharon los poemas con la voz de Adelfa Calvo por la megafonía de Larios Centro durante la semana.

Os invito a leer estos versos inspirados en pinturas y cuadros de galerías de arte. ¡Que tengais buen verano!

ESCLAVA EN VENTA

Autor del cuadro: José Jiménez Aranda.

Museo de Málaga.



Muchacha,

te miro una y otra vez

y un nudo se forma en mi pecho.

Si aún estás ahí, en el mercado

yo iría a consolarte.

Te pondría un vestido generoso,

para que te sintieras protegida

y pudieras levantar la cabeza,

abrir los ojos.

Quiero ver tu “mirada de mujer”

que ahora está lejos

muy lejos en el tiempo y el espacio,

donde te raptaron.

Iré a verte, lo prometo.



LOS PARAGUAS
Autor del cuadro: Renoir.

National Gallery. Londres.



Sin capa ni guantes, charcos en el suelo,

la joven muchacha escucha al galante

que bajo el paraguas le dice requiebros,



que la mira, atento sólo a su deseo,

pero no la libra de la fina lluvia

¡Hay tanta pobreza, su traje, su pelo!



La joven nos mira, nos dice ¿veis esto?

Porque el caballero no le ofrece nada,

solamente espera robarle algún beso.


LA NIÑA DEL CÁNTARO.
Autor: Greuze.

Museo del Louvre.



El cántaro está roto. Descubierto

el seno; ropa descompuesta; mira

con sereno mirar; viene del huerto.

La linda muchacha, no dice mentira:



algo pasó, pero le queda incierto.

Recuerda, eso si, que alguien estira

la gasa que su cuello deja abierto.

Nota el fin: el galán se retira.



Entonces mira que la jarra rota

ya no lleva el agua que debiera.

¡El cambio que hay en ella no se nota!



¡Quizás en la siguiente primavera,

creciendo el pecho, que hoy apenas brota

lograse que el galán muy más la quiera!.





MAJA Y CELESTINA.

Caprichos.

Francisco de Goya y Lucientes. Colección particular.



No se apoya en la proa de algún barco,

ni la mar es lo que mira atenta.

Alli está para ver y ser mirada:

Si lo consigue puede que haya fiesta.

Sobre el escote, en carne generoso

campea una sonrisa muy sutil

ella sería el disfrute de un esposo

si lo lograra, estamos en abril.

¡Que inocencia derrama su figura!

Pero yo siento su mirada experta.

A su lado es toda compostura

la vieja, que sabemos está alerta.

Hoy no lo logrará, no es un buen día

porque el balcón no queda iluminado.

No logrará ir a su mancebía

con un rico y gentil mozo a su lado.

GLORIA A CERVANTES

GLORIA A CERVANTES

Con extraña habilidad
Un soldado, poco a poco
Queriendo pintar a un loco
Retrató a la humanidad.
Como dijo la verdad,
Dejó al mundo descontento,
Y, mendigando el sustento,
Murió de hambre el pobrecito
Acusado del delito
De tener mucho talento.
En obra tan singular
Que rival no ha de tener
España aprende a leer
El mundo aprende a pensar.
De aquel tesoro sin par
Cervantes, con rica vena,
Puso tanto en cada escena
En una página sola
Que aún siendo la obra española
España la encuentra buena
Hoy dice el mundo, y se engaña,
-pues no era manco el autor-
Mas quien hizo tal primor
Salió manco de campaña.
Si por la gloria de España
Que en el Quijote se encierra
Europa nos arma guerra
Decid con desdén profundo

¡EL MEJOR LIBRO DEL MUNDO ,

LO ESCRIBIÖ UN MANCO EN MI TIERRA!

Leopoldo Cano y Casas

Esta poesía la recitó Adelina Pérez Blaya en la
Fiesta del Libro en 1942, en XAUEN

PEDRO LUIS DE GALVEZ 1882-1942

PEDRO LUIS DE GALVEZ
(1882-1942)

Don Quijote


Desdichado poeta, genial, aventurero;
con la facha grotesca, de cartón la celada:
sin razón, sin camisa, sin gloria, sin dinero,
bajo el sol de Castilla por la encendida estrada...
Le traicionaron todos: el Cura y el Barbero,
la Sobrina y el Ama. Y en la venta encantada,
dos mozas del partido le armaron caballero:
le calzaron espuelas y ciñeron espadas.
Luego que el posadero le dio el espaldarazo,
salió a probar el temple de su acero y su brazo,
retando a los gigantes a singular pelea.
Tuvo por solo premio la burla y la derrota;
y, en tanto que el buen Panza se abrazaba a la bota,
Don Quijote moría, ¡de amor!, por Dulcinea.